¿Por qué hay que hacer publicidad?
La respuesta es sencilla: porque la publicidad permite que nuestros potenciales clientes nos conozcan, y así, empezar a generar en ellos confianza en nuestra marca.
Una buena publicidad no tiene que perder el foco del objetivo principal, que no es otro que conseguir más clientes y mantener la comunicación con los que ya los son.
Parece ser que muchas veces se pierde este foco y es un error con final trágico, pues una empresa necesita un número suficiente de clientes rentables para poder continuar funcionando y tener futuro en su mercado.
La publicidad que hacemos de nuestros productos o servicios, si está bien hecha y planificada, transmite los valores de nuestra empresa, creando y reforzando así nuestra marca. Una publicidad bien hecha, además, proporciona valiosa y útil información de nuestra oferta a nuestros potenciales clientes, que sumado a las posibles promociones que ofrezcamos, ofrece valor a nuestros futuros clientes.
Cuando publicitamos un nuevo producto o servicio, estamos comunicando a los potenciales clientes que existe una nueva solución a una necesidad que ellos tienen, y que nuestra empresa les puede proporcionar.
La publicidad también es importante para las pequeñas empresas.
Desde nuestro punto de vista, hay que hacer publicidad porque proporciona varios beneficios clave para las empresas, independientemente del tamaño que tengan.
- Proporciona información. El principal resultado que se produce directamente cuando algún cliente potencial ve nuestra publicidad es el conocimiento de nuestra marca. Los potenciales clientes se convertirán en clientes cuando se genere la suficiente confianza en nuestra marca, y la publicidad empieza a crear el recuerdo de nuestra oferta en su memoria.
- Proporciona conocimiento. Más allá del simple reconocimiento de nuestra marca, la publicidad proporciona un conocimiento más profundo sobre nuestros productos o servicios y sobre la empresa que está detrás de ellos. Según nos van conociendo más, los potenciales clientes conectan de una manera más profunda con nuestra marca, construyendo así más confianza y más adelante, fidelización.
- Aumenta el prestigio de nuestra marca. La publicidad aumenta la presencia de nuestra marca y de los mensajes que queremos transmitir, remarcando los aspectos positivos de nuestra oferta.
- Consigue nuevos clientes. Esto es algo imprescindible para cualquier empresa, independientemente del tamaño que tenga.
- Fideliza a los clientes actuales. La retención de clientes es la base del crecimiento de nuestro negocio. Cualquier empresa necesita clientes leales que sean recurrentes en sus compras y que nos recomienden a otros posibles potenciales clientes.
- Nos diferencia de la competencia. Independientemente del mercado en el que su empresa esté, tendrá que enfrentarse a competidores por los mismos clientes. Para mantenernos por delante de nuestros competidores, sobre todo en sectores altamente competitivos, tendremos que estar comunicando nuestra oferta constantemente.
- La publicidad vende. Si la publicidad está correctamente realizada, se transforma en ventas. La publicidad es la herramienta que permite a pequeñas empresas conseguir las ventas que le permiten continuar en el mercado.